El Yeti NO es un oso

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© Telegraph Media Group Limited 2013

Estoy un poco cabreado. La culpa es de la BBC y del profesor Bryan Sykes, y si, tiene que ver con el Yeti y la forma en que algunos ‘comunican’ descubrimientos. Os explico.

Hace unos 15 días, la BBC nos sorprendía a todos con una noticia y entrevista al profesor Bryan Sykes reputado investigador en genética humana de la Universidad de Oxford, que anunciaba que tras unos meticulosos y avanzados análisis del ADN (intuimos que mtDNA) de las muestras de pelo que había recopilado había dos que resultaban remarcablemente similares (100% dicen en la noticia) a una muestra de ADN almacenada en la base de datos (Genebank suponemos) que pertenece a una especie de oso pariente cercano entre el oso polar y el oso pardo actuales. Vale, todo correcto. Porqué nos cuenta eso señor Sykes en vez de publicarlo en un paper en una revista chupiguay, pues porque las muestras que ha analizado son supuestas muestras atribuidas al Yeti del Himalaya.

Ya tenemos titular ‘¡EL YETI ES EN REALIDAD UN OSO DE HACE 80.000 AÑOS!’ llevaba en primera plana el periódico que le compré aquella mañana a un crío en una esquina (o lo hubiera hecho si esto fuera el New York de los años 30, PERO NO). Lo que si pasó es que la BBC se tiró en plancha a por el titular y todos los medios del mundo fueron detrás. Vale. La gente emocionada. Yo incluido. Luego leí la noticia varias veces. Leí varias noticias relacionadas. Busqué más información. Indagué en pos del paper en que se demostraba lo dicho. Y nada. No había paper, no había más información.

Recordé el asunto del cráneo 5 de Dmanisi sucedido apenas unas semanas antes. (Pese a las ganas, no os he hablado de ello porque para eso ya están los expertos aquí, aquí o aquí). La información sobre ese cráneo, y todo lo que ‘supuestamente’ implica, había estado embargada por más de 8 años a la espera de una publicación de gran impacto. Durante 8 años todas las personas que conocían su existencia tuvieron que callárselo en un acuerdo confidencial digno de alabanza. ‘Ya sé– pensé- seguro que el paper donde se demuestra que el Yeti es un oso estará embargado hasta que pase por un proceso de revisión en una revista científica y luego lo publiquen.’ Luego me fui a comer con mis compañeros del trabajo y tuve esta conversación:

Yo: Lo que no entiendo es porqué anuncian este descubrimiento de esta forma, en una cadena de televisión. Sin aportar ni un solo dato. ¿De dónde son las muestras analizadas? ¿Cómo las han obtenido? Yo no me creeré nada hasta que publiquen un paper que haya pasado por un proceso riguroso de revisión externa, como debe ser. Y aun así… vaticino que será complicado. ¿Os acordáis del paper que clamaba haber descubierto que la vida podía darse en base a arsénico? Un fiasco por publicarlo sin pasar revisión.

Oriol: Pues es que lo del Yeti no lo publicarán nunca. Date cuenta que obtener muestras de Yeti es imposible a menos que alguien te diga que son de Yeti. Serán muestras recogidas por lugareños y/o curiosos. Nada que ver con un muestreo riguroso.

Oriol tenía la clave. Sin un muestreo científicamente riguroso, esas muestras no tienen validez para probar nada. El profesor Sykes menciona en la sorprendentemente corta entrevista que las dos muestras que han resultado de oso proceden de dos zonas separadas por el Himalaya y 1300 km. Y ya. No sabemos quién las recogió, ni cómo. No sabemos cuándo fueron recogidas. Ni siquiera si alguien las puso allí. En ciencia, esto es formalmente inaceptable. Alguien con mala fe puede habérsela jugado al profesor Sykes enviándole muestras de oso diciendo que procedían de esos dos puntos del Himalaya.

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© Captain Guy Norton

Tampoco mencionan a qué especie de oso ancestral atribuyen las muestras. Sí que comenta que se trata de una especie cuyos restos se encontraron en la isla Noruega de Svalbard y que datan de entre 40.000 y 120.000 años. Rastreando un poco la filogenia de los osos en esa época resulta que la especie a la que se menciona podría ser un ancestro común entre oso polar (Ursus maritimus) y los osos pardos (Ursus arctos), ya que ambas especies se encontraban en proceso de divergencia evolutiva en aquella época. El profesor Sykes aprovecha este elemento para indicar que el Yeti podría ser un oso híbrido entre ambos. Está documentado que ciertas especies de oso ancestrales como los osos cavernarios (linaje Ursus spelaeus) tendrían facilidad para caminar erguidos durante un tiempo. Nuevamente, el profesor Sykes aprovecha la coyuntura y atribuye a este comportamiento el hecho de que en la mayoría de los supuestos avistamientos del Yeti se le supone caminar erguido y  cierta apariencia humanoide.

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Imagen modelo del Bigfoot, pariente norteamericano del Yeti.

¿Entonces el Yeti es un oso, o no?

Pues en mi opinión no. Al menos no hasta que se demuestre con datos que realmente se han obtenido muestras de pelo que coinciden con las de osos de hace 80.000 años. De momento no tenemos ni un sólo dato que demuestre que esto sea así ¿Será complicado certificar la validez de esas muestras? Seguramente. Es cierto que hasta ahora la gran mayoría de análisis de muestras relacionadas con Yetis, Sasquatchs y Hombres de las Nieves habían resultado en caballos, mapaches, felinos, perros, yaks, y cabras así que la posibilidad de que el Yeti sea un a especie de oso ancestral sí que tendría un cierto sentido dentro del contexto que el imaginario popular humano ha creado para él.

Por mi parte, seguiré cabreado con el profesor Sykes (no tanto con la BBC, ya que su trabajo es exactamente el que hicieron) si no se anima a intentar publicar un paper debidamente revisado en el que nos brinde información fiable sobre su supuesto descubrimiento. Hasta entonces la hipótesis de que el Yeti sea un oso ancestral me resulta tan válida como la hipótesis de que sea una nueva especie de homínido, o que estos vídeos sean la prueba de su existencia.

Un pensament sobre “El Yeti NO es un oso

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